De como un humilde muchacho boyacense conquistó París con su bicicleta
Por Jorge Enrique Rojas
Tal vez nunca leas esto Nairo. Sé que no te gusta leer y que a veces llegas tan cansado de entrenar que te quedas fundido viendo las cartillas de sudoku y sopas de letras que tu entrenador te manda para que también ejercites la mente.
Viajé para encontrarte y que me contaras esa vida de hazaña que has tenido, para que me explicaras de dónde sacaste esa obstinación, esa persistencia a prueba de golpes para sobreponerte a los obstáculos que en tu vida han existido desde que naciste; estuve en el hotel donde te alojaron, en la Casa de Nariño donde te recibió el presidente, pero fue imposible que me atendieras.