Historia

Más de una docena de civilizaciones pre-hispánicas habitaron el territorio colombiano antes de la conquista, y dejaron los vestigios con un nivel de desarrollo más alto de lo que ellas esperaban. Ciudades, senderos de piedra, estatuas, urnas funerarias y objetos refinados en oro y en cerámica hacen parte de este patrimonio que hoy nos permite conocer su manera de vivir y sus creencias.

Colombia fue descubierta y colonizada muy temprano en la historia del Nuevo Mundo. En efecto, fue en 1499, solo siete años después del primer viaje de Cristóbal Colon que Colombia fue descubierta por un español llamado Alonso de Ojeda. Un año más tarde (1500), el explorador Rodrigo de Bastidas, acompañado por Vasco de Núñez de Balboa, descubridor del océano Pacífico, comenzó la conquista del territorio colombiano.

Ávido de oro, de plata y de piedras preciosas que trajeron a España en barcos, los conquistadores emplearon relativamente poco tiempo para colonizar Colombia y esclavizar gran parte de la población indígena.

Una vez la conquista del territorio colombiano terminada, varias ciudades importantes fueron creadas, como Cartagena en 1532 y la capital Santa Fe de Bogotá en 1538. En los años siguientes, los españoles extenderán su imperio al continente suramericano, pasando por México, Florida y una parte de California. Continuando su política, los españoles hacen venir de África miles de esclavos negros, ancestros de la actual comunidad negra de Colombia, para trabajar en plantaciones y explotar los ricos yacimientos mineros del país.

En 1717, los territorios que comprenden Panamá, Venezuela y Colombia son reagrupados por la Corona española en una única zona administrativa que es bautizada con el nombre de “Virreinato de la Nueva Granada”.[1]

Un movimiento de independencia fue lanzado en 1810 para terminar el 10 de agosto de 1819, después de la victoria en la batalla de Boyacá. La Republica de la Gran Colombia (Venezuela, Ecuador y la Nueva Granada) fue proclamada por Simón Bolívar, quien se convirtió en el primer presidente, y Francisco de Paula Santander, su vicepresidente. Cada uno de estos dos hombres esta al origen de un partido político, Partido Conservador y Partido Liberal, que alternó el poder a lo largo de los siglos XIX y XX. Estos dos partidos dominan la historia de Colombia. Los conservadores querían un Estado altamente centralizado y el apoyo de la Iglesia Católica, mientras que los liberales querían un Estado descentralizado y la preminencia del Estado en el campo de la educación y de asuntos civiles, y también querían un sufragio más amplio[2].

Cuatro grandes olas de violencia marcaron profundamente el país desde la independencia.

  1. La Guerra de los mil Días

La primera guerra, conocida como la “Guerra de los Mil Días” (1899– 1902), entre conservadores y liberales, le cuesta la vida a cerca de 100 000 personas. La inestabilidad interior y el caos se agrandan hasta el fin del siglo, además de favorecer la empuñadura de los Estados Unidos sobre Panamá en 1904 (secesión reconocida, sin embargo mucho más tarde por Colombia).

Panamá, hasta entonces una provincia colombiana, se convierte en un Estado independiente después de las revueltas populares sostenidas por los Estados Unidos. Una ayuda que no era desinteresada ya que en el mismo año, Panamá cede a Washington una franja de tierra que une el Pacifico y el Atlántico en anticipación de la terminación de un canal que conecta los dos océanos. Iniciado por el francés Ferdinand de Lesseps en 1881, este pasaje transoceánico, altamente estratégico, será terminado por los Americanos en 1914[3].

Paradoxalmente, durante la segunda mitad del siglo XIX, Colombia conoció periodos de desarrollo intenso tanto económico como lo demuestra la creación del Banco de Colombia bajo los conservadores, como en el campo intelectual con la creación de la Universidad de Bogotá en 1867 bajo los liberales. La Guerra de los Mil Días fue seguida por un periodo de relativa estabilidad hasta la depresión económica mundial de los años 30.

  1. La violencia

Desgarrado entre la visión de los conservadores preconizando el establecimiento de un gobierno tradicional fuerte, fiel a los principios del clero; y la de los liberales deseando en su lugar un Estado laico, fundado sobre el derecho, Colombia conocerá de 1948 hasta 1957, un periodo brutal de guerra civil al que llamaremos « Violencia ».

El inicio de este largo conflicto coincide con el asesinato del líder liberal de izquierda, Jorge Eliecer Gaitán, figura carismática, en Bogotá el 9 de abril de 1948. Este periodo de intensos enfrentamientos entre liberales y conservadores, primero en Bogotá y luego especialmente en las zonas rurales del país, habría hecho entre 100 000 y 300 000 víctimas.

En el contexto de la violencia el país fue mantenido en estado de sitio y comienza con el mandato de Laureano Gómez (1950-1953), un conservador populista que flirtea con algunas ideas del fascismo europeo de la época y que llevó a cabo una « limpieza » en los rangos de los liberales con ayuda de bandas de asesinos que masacrarían sin piedad campesinos y obreros liberales. En 1953, fue destituido por el golpe de estado del general Rojas Pinilla que toma el poder, aclamado por los liberales y la mayoría de los conservadores que se volvieron críticos respecto a Gómez.

En 1957, los militares apoyados por los dos partidos lo destituyen porque no restauró la democracia. Un gobierno provisional se estableció en 1958, que lleva a un acuerdo para compartir el poder: « Frente Nacional », por lo que liberales y conservadores se alternarán el poder durante 16 años, hasta que en 1974, dos mandatos presidenciales por cada uno de los dos partidos mayores.

Este sistema permite una estabilización del país, un crecimiento económico relativamente fuerte, así como las inversiones en la infraestructura pública y en  educación. Sin embargo, las desigualdades siguen siendo importantes[4].

  1. Desarrollo de la lucha armada con movimientos de guerrilla

A partir de 1957 se crean movimientos agrarios con una inspiración comunista, la relativa paz encontrada pronto se ve amenazada por las actividades de varias guerrillas hostiles al poder central. Entre las guerrillas más notorias están:

  • Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia FARC-EP: Fundada en 1964 bajo una ideología marxista y castrista. Dirigida por Manuel Marulanda Vélez con un efectivo que oscila entre 10 000 y 20 000[5] combatientes. Guerrilla que sigue siendo activa hoy. El origen de las FARC remonta en la base de un movimiento de campesinos que lucha por una distribución más justa, en la época de la violencia en la que los campesinos entran en el maquis y se organizan en movimientos de autodefensa.
  • El Ejército de Liberación Nacional ELN: Guerrilla marxista que aparece en la misma época que las FARC-EP. Fundada en 1964 e inspirada en la revolución cubana, que se unió a intelectuales, estudiantes, seguidores de la teología de la liberación. Durante mucho tiempo fue dirigida por el sacerdote Manuel Pérez. Otro sacerdote que marcó la historia de este movimiento es Camilo Torres, quien después de varios intentos de resistencia pacifista a la oligarquía gobernante se unió a la lucha armada del ELN y muere en combate en el año 1966. Hoy en día, el ELN es un ejército activo con 1.500 combatientes[6].
  • El Ejército Popular de Liberación EPL: Guerrilla de ideología maoísta, que inicia sus operaciones en 1967. Estas guerrillas rurales retiradas durante los años 1970, cuentan con unas centenas de combatientes. En sus constantes enfrentamientos, ésta fue eliminada por las FARC-EP.
  • Movimiento del 19 de Abril M-19: Este movimiento nace en 1973 después de la caída del conservador Rojas Pinilla a las elecciones presidenciales del 19 de abril de 1970. Este movimiento es caracterizado por los gestos simbólicos como el robo de alimentos para su distribución en los barrios pobres, el robo de la espada de Bolívar en un museo con la promesa de restitución tan pronto como las ideas del libertador serían hechas realidad.

Sin embargo, la toma del Palacio de Justicia en Bogotá en 1985 causó la muerte de más de la mitad de magistrados de la corte y  la de todos los guerrilleros presentes. Parecería que la violencia y la confusión que invadieron el Palacio fueron provocadas por el ejército, que desde los primeros minutos de la toma del Palacio (que se desarrolló en calma hasta entonces), habría atacado sin haber recibido la orden de la Presidencia que aún no tenía conocimiento de los hechos. A pesar del impacto provocado por la toma de rehenes del palacio de justicia, el presidente electo Virgilio Barco Vargas elegido en 1986 retoma las negociaciones con las guerrillas. El reclamo principal del M-19 y otros movimientos es la creación de una Asamblea Constituyente para dotar el país de una nueva Constitución. El gobierno colombiano terminará por aceptar, induciendo estos movimientos a desmovilizasen[7]. El M-19 deposita sus armas oficialmente el 8 de marzo de 1990.

  1. La guerra de la droga 

Encrucijada geográfica, Colombia es el único país de América del Sur que posee una doble fachada marítima, la diversidad de su relieve y la existencia de zonas apartadas que favorece la cultura potencial de marihuana, de coca o la amapola. Además, la violencia contribuyó al desarrollo de varios contrabandos (alcohol, tabaco, esmeraldas, precursores químicos, productos manufacturados, estupefacientes, etc.). [8]

La producción de drogas ilícitas comenzó en los años 80 en algunas zonas recónditas (de la Sierra Nevada, en la costa Atlántica) donde pequeñas bandas de traficantes comenzaron a producir y a exportar la marihuana. El presidente de la época Julio César Turbay Ayala (1978-1982) adoptó una política de erradicación de la marihuana, que hizo que este comercio ilícito se desplace a Medellín y fue remplazado por un comercio más lucrativo, el de la coca. Laboratorios de transformación de coca fueron instalados en regiones aisladas, que importaban la coca de Perú y Bolivia para luego exportarla hacia los Estados Unidos.

 

Dinero e influencia

Apareció una clase de nuevos ricos, narcotraficantes que se constituyeron en carteles, el más conocido es el de Medellín en los años 80, la antorcha que más tarde fue adquirida por el Cartel de Cali.

 

En muy poco tiempo, los dispositivos estatales, militares y policiacos se encuentran altamente corruptos e impotentes ante los narcotraficantes. Exportando miles de toneladas de cocaína, marihuana y otras sustancias ilegales en el mundo, algunos traficantes colombianos adquieren fortunas colosales y un poder considerable. Ahora hablamos de « barones de la droga », de los cuales el más célebre es Pablo Escobar, poseedor de una de las diez más grandes fortunas del mundo.

Frente a los graves problemas de consumo y de criminalidad, las sociedades occidentales encabezados por los Estados Unidos, hacen presión sobre Bogotá para poner fin de manera definitiva al tráfico de la droga proveniente de Colombia. Miles de dólares serán enterrados en la lucha contra la droga, tanto por Washington como por Bogotá.

Surgimiento de contra poderes

En el transcurso de los años 80, Colombia es profundamente desestabilizada por la aparición de contra – poderes encarnados por los traficantes de droga, milicias, guerrillas y el intervencionismo de los americanos, que hacen presión a distancia en la política interior del país inyectando capital y armamentos. Mientras que los presidentes se suceden a la cabeza del Estado, liberales y conservadores terminan por confundirse, mientras que los partidos políticos se multiplican y los guerrilleros, traficantes y paramilitares extienden su dominación sobre regiones enteras del país. La era del bipartidismo releva a partir de este momento el pasado en Colombia.[9]

 

En todo el país masacres, secuestros y asesinatos se multiplican. El poder del narcotráfico instala su reinado permitiendo a una multitud de movimientos políticos y criminales enriquecerse excesivamente e imponer la corrupción ayudando con su ley al pueblo y a sus dirigentes. Retomar el control del territorio nacional se convierte desde entonces la primera misión del gobierno colombiano.

El narcotráfico florece aún hoy en día, constituyendo una ganancia financiera importante a la vez para los movimientos guerrilleros para que la contribución del tráfico de coca constituyera alrededor del 50% del dinero de las FARC y, para los paramilitares del que el 70% del dinero sería constituido de aportes a la droga. Estos últimos nacieron en la década de los años 70, paralelamente a los movimientos guerrilleros.

Desarrollo de los grupos paramilitares

Después de la muerte de Pablo Escobar en 1993 y la supuesta eliminación de los carteles, la concentración del poder paramilitar se fortalece; las facciones dispersas y autónomas se transforman en grupos insurgentes respaldados por el Estado. Del genocidio de la Unión Patriótica[10] hasta las masacres que siguieron, las víctimas civiles se cuentan por miles. Entre 1993 y 2003, limitándose a los homicidios constatados oficialmente, las fuerzas paramilitares habrían asesinado 14 476 personas, entre ellas inmemorables dirigentes sindicales. Contamos actualmente 400 000 desplazados por año y 20 000 muertos por año a causa del conflicto armado.

Esta breve historia revela tres fuerzas presentes: el ejército, los paramilitares y la guerrilla, sin embargo en un conflicto aún bipolar, del que el gobierno y las fuerzas armadas están de un lado contra los rebeldes paramilitares y guerrilleros por el otro. Las fronteras entre las partes involucradas estando revueltas a través de numerosas alianzas entre presuntos paramilitares y el gobierno.

[1] http://www.radio-canada.ca/nouvelles/dossiers/colombie/hist.html

[2] http://www.memo.fr/article.asp?ID=PAY_COL_002

[3] http://www.amis.monde-diplomatique.fr/article1716.html

[4] http://www.radio-canada.ca/nouvelles/dossiers/colombie/gueri.html

[5] Las FARC censan 18 000 miembros en 2002. En 2013: 7.800 según los datos del gobierno de Juan Manuel Santos basada en la Conferencia de Prensa sobre los diálogos de Paz, 2013.

[6]  El ELN censa 4.000 combatientes, hoy en día tiene 1.500 efectivos. Conferencia de Prensa sobre los diálogos de Paz 2013. Juan Manuel Santos, presidente de la Republica.

[7] Fuente wikipédia.

[8] http://www.memo.fr/article.asp?ID=PAY_COL_002

[9] http://www.radio-canada.ca/nouvelles/dossiers/colombie/hist2.html

[10] Fundada después de los acuerdos entre el gobierno colombiano y las FARC-EP,  la Unión Patriótica reagrupa los guerrilleros desmovilizados de las FARC, el Partido Comunista Colombiano y otros elementos resultante de la sociedad civil. Llegando a conquistar varias municipalidades a finales de los años 1980, la UP es rápidamente víctima de lo que frecuentemente fue llamado por algunos, genocidio político. Según las estimaciones, el número de víctimas de esta represión estaría entre 3 600 y 5 000. Entre ellos, ocho parlamentarios, cientos de alcaldes y de dirigentes del movimiento, y dos candidatos a las elecciones presidenciales.

 

 

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